viernes, 30 de enero de 2015

EL MATRIMONIO DESDE UNA PRESPECTIVA HISTORICA



Los sociólogos de hoy en día reconocen que existe una diferencia entre el matrimonio como un acto, evento, o incluso un proceso, y la familia como un estamento social  base de nuestra cultura.  El matrimonio es la unión legal entre un hombre y una mujer y la ceremonia que se realice para iniciar dicha relación como esposa y esposo.  La familia es la institución social desarrollada alrededor de la relación existente entre una madre y sus hijos creando el clima necesario en el cual la naturaleza humana puede ser desarrollada.  El matrimonio y la familia por lo tanto constituyen dos sistemas diferentes aunque los dos se encuentran unidos por un mismo nexo.  Esto es especialmente verdad en las zonas del mundo desarrollado donde el matrimonio puede permanecer sin hijos por algunos años, o incluso no tener, y por definición anteriormente expuesta, estos matrimonios no se convierten en familias propiamente dichas.  La familia es un sistema mucho más complicado y comprometedor que el matrimonio.  Liga a los padres con los Hijos.  Los hijos son colocados bajo el cuidado y responsabilidad de los padres. A veces incluso el círculo familia incluye abuelos u otros familiares necesitados de cuidados.

            Mirando atrás en el desarrollo histórico del matrimonio mi propósito en la presente exposición es centrarnos en las características identificadas con el matrimonio dentro de los márgenes Bíblicos a lo largo de los diferentes periódicos históricos. 

La vida familiar Palestina en los Tiempos Pre-Semíticos


            Elementos semíticos y Palestinos fueron introducidos en la cultura Hebrea debido a la influencia Aramea, Amorita, y de un gran número de razas asiáticas que componían las zonas de Elam y Babilonia de donde descendieron los Hititas y los Hurrianos.
            No existen evidencias de mucho peso que demuestren la existencia de matrimonios poliandricos dentro de los primeros hebreos.   Sin embargo sí que existen evidencias de costumbres matriarcales, aunque debemos considerar dichas evidencias faltas de peso y más bien débiles. 
            Arabia era la cuna de la tierra de Sem.  Fue allí donde los investigadores han encontrado que la existencia de matrimonios ogomanos fueron conocidos desde tiempos ancestrales, y por lo tanto debemos concluir que también bien conocidos para los primeros Semitas.  Es interesante hacer notar tres tipos diferentes o desviaciones de este tipo de matrimonio tradicional. 

1.      Poliandria: un sistema familiar constituido por una pluralidad de maridos. 

  1. Matrimonio Beena: Donde el marido va a vivir en el mismo poblado que su esposa y los hijos nacidos se consideran miembros de la tribu.  El matrimonio de Jaco con Lea y con Raquel fue de este tipo (Gen. 29:28).
  2. Matrimonio de tipo Mota: se diferencia del matrimonio tipo Beena simplemente porque la duración de esta condición es mucho menor. 

Aunque algunos sociólogos han intentado demostrar mediante las teorías de la evolución que al  principio los núcleos familiares o triviales no estaban compuestos por matrimonios monógamos, las investigaciones de algunos eruditos han sacado a la luz que todo lo contrario, la unidad familiar era la base de la sociedad dentro de las culturas más primitivas.

B.        El Matrimonio dentro de los Tiempos Bíblicos.

Las fuentes más fructíferas para que podamos comprender la naturaleza de la familia y de sus ligamentos se encuentran en el Antiguo Testamento especialmente en el pentateuco y en el Libro de Ruth.
            La historia de la creación de las dos primeras personas nos revela un matrimonio de tipo monógamo como la expresión de la específica voluntad de Dios.  La Poligamia apareció primeramente en la rebelde descendencia de Caín, cuando Lamech tomó dos esposas. 

1.                  El matrimonio en los tiempos pre-exilicos. 

La Biblia nos presenta evidencias de un cierto tipo de evolución de las relaciones matrimoniales sin darnos exclusivamente todos los detalles.
            En el periodo de los patriarcas, por ejemplo encontramos que Abraham se casó con su medio-hermana.  Más tarde las leyes dadas por Moisés prohibirían dicha relación.  En los tiempos patriarcales se recogen otros ejemplos como el caso de Jacob, donde el mismo hombre se casó con dos hermanas.  De nuevo, la misma Ley de moisés prohibiría esto años más tarde.  Muchas de las instituciones que se desarrollaron durante el tiempo de los patriarcas desaparecieron más tarde. 
            La creación de nuevas relaciones matrimoniales en los primeros tiempos del  Antiguo Testamento debe de ser entendida comparándolas con el contexto histórico de las relaciones y papeles diversos dados a cada miembro de la familia.  Las relaciones entre hermanos por ejemplo eran de vital importancia.  Un hermano en este tiempo era tan importante como toda la familia, o incluso como todos los miembros de una tribu.   Cada hermano estaba obligado a ofrecer protección y ayuda a todos los demás hermanos cuando la situación así lo requería.  El “Goel”, que significa protector o “redentor” era un pariente cercano obligado a librar a su hermano de la esclavitud,  obligado a comprar el patrimonio familiar que había sido vendido por necesidad, obligado a enterrar a su hermano o hermana muertos, obligado a cumplir todas estas leyes incluida la que pedía vengar la sangre de su hermano asesinado. 
                        Bajo los jueces y la monarquía, Israel cambió aumentando la práctica de la poligamia. La Bigamia fue reconocida como un asunto legal (Deut. 21:15-17).  Pero aparece claro que la forma más común de matrimonio en Israel era la monogamia.  No encontramos ningún caso de poligamia en los libros de Reyes y Samuel. Los salmos o libros poéticos no mencionan tampoco casos de poligamia.  El libro apócrifo de Tobías, que narra una historia familiar, tampoco menciona ningún caso de poligamia.  La imagen de un matrimonio monógamo era en la mente de los profetas la representación de Israel como la esposa escogida.  El mismo Ezequiel presentó esto en forma de alegoría.  (Ez. 16)

El matrimonio en Tiempos Postexilicos.

                        Durante el tiempo post exilicos la familia pasó por varios cambios pero permaneció orientada primordialmente a la cultura oriental y patriarcal en su carácter.  La práctica más generalizada era el matrimonio monógamo. El padre tenía la responsabilidad de educar a sus hijos y de entrenarlos de algún modo práctico y útil. Las tradiciones Hebreas ayudaron a preservar algunos reglamentos y convicciones de carácter moral y pureza sexual mucho más altos que los estándares de algunas culturas del medio oriente. 
            Los Babilónicos por ejemplo mantenían monogamia, pero los asirios eran polígamos. 
            No existe una información directa sobre el periodo del segundo templo.  Parece que seguían teniendo relaciones monógamas pero hubo algunas excepciones.  Las parejas, la naturaleza y cantidad de la dote, y otras decisiones eran tomadas por los padres. 
                        Algunos documentos antiguos como el papiro Elephantine demuestran que la dote o mohar era considerado pertenencia de la mujer, aunque normalmente era dado al padre.  En el periodo del segundo templo  el mohar fue remplazado por la suma registrada en el Kethubah (o matrimonio bajo contrato).  Para una novia virgen la suma sugerida era unos 50 shekels de plata y para una novia que fuera viuda o divorciada, el total era reducido a la mitad. 
            Según la ley del Kiddushin esto quería decir que la novia podía ser comprada (desposada) tanto por dinero como por un pequeño contrato o por cohabitación.  El desposorio por contrato fue suspendido durante la edad media.  En el caso de boda celebrada por cohabitación, el hombre y la mujer entraban en una habitación privada, habiendo hecho una declaración previa delante de testigos de su deseo de vivir juntos.  Al final y siguiendo el periodo del segundo templo, se acostumbraba que la boda de una virgen se celebrara en miércoles.  Esto era debido a que si el esposo no encontrase la señal de la virginidad de la muchacha entonces podría presentar el caso a los tribunales el jueves.  Las viudas y divorciadas celebraban su matrimonio en jueves para que así pudieran disfrutar con su esposo dos días ininterrumpidos antes del sábado. 
            El concepto judío predominante es que el matrimonio era el estado ideal para el hombre.

Matrimonio Durante el periodo Talmúdico.

            La fuerza del pueblo de Israel era reflejada por los fuertes lazos del matrimonio.  Toda la vida de los judíos, incluida su vida íntima sexual estaba supeditada y controlada por la vida religiosa.  Los factores sociales, incluida la acumulación de masas judías dentro de la clase social media contribuían a la creación de un auto-control sexual.  En este apartado del comportamiento sexual los Rabíes escogieron la auto moderación.  Lucharon en contra de cualquier desenfreno con bastantes buenos resultados.  No consideraban, de la misma forma que lo haría Pablo, que el apetito sexual fuera malo en sí mismo, pero debía estar vinculado a los lazos del matrimonio.
            Los legisladores del Talmud no elevaron el matrimonio a un nivel de sacramento, pero tampoco lo consideraban un mero contrato de la ley civil.  El acto que establecía la comunión entre el marido y la esposa recibió el nombre de kiddushin, o “santificación” sin implicar el carácter indeleble del sacramento.  En general la vida matrimonial era algo visto como sagrado y bajo el orden directo y control de la providencia. 
                        Los escritores del Talmud estaban determinados a promover el matrimonio.  Fue especialmente vital para el judaísmo poder construir la fortaleza de la unidad familia  como un buen fundamento de su vida étnica. Los judíos tuvieron el deseo de poder relajarse en algunos principios y costumbres antiguas tal como reducir la adquisición de una esposa como “un mero consentimiento mutuo”, para así poder facilitar la realización del matrimonio. Los rabinos del tercer siglo sin embargo, establecieron este matrimonio como ilegal, castigando a los transgresores mediante fagelamiento público.

                        La ley Rabinica trataba a los niños ilegítimos casi al igual que los niños legítimos.  Podían disfrutar de todos los privilegios de la heredad de sus padres.  Josefo de una forma muy correcta resumió este punto de vista establecido por los rabies diciendo que la ley reconocía ninguna otra relación sexual que no fuera la unión natural del esposo y la esposa, y con el propósito de la procreación.  Para evitar cualquier tipo de tentación re recomendaba el matrimonio a una temprana edad.  El mohar tradicional suponía verdaderas limitaciones para muchos judíos interesados en el matrimonio especialmente después de la revuelta de Bar Kochab y después de que se convirtieron en una cultura más urbanizada.  La provisión de las necesidades de una novia con pocos recursos se convirtió en una prioridad de la comunidad.  Otros tuvieron que escoger entre el matrimonio y los estudios escolásticos.  Los rabies creyeron que era necesario llegar a un punto de compromiso en este aspecto y decidieron relajar un poco los requerimientos legales.  “Si un alma tiene gran deseo de aprender entonces puede retrasar la asunción de relaciones maritales más allá de la edad establecida de los 18.” Esto se escribió en un periodo donde debían pagarse impuestos altos y era difícil para los estudiantes poderse casar y estudiar a la misma vez.  Algunos permanecían solteros hasta la edad de 30 e incluso 40.  Para poder animar tanto el matrimonio como los estudios, algunos hombres ricos se dedicaban a seleccionar a jóvenes prometedores para casarlos con sus hijas. Entonces les ayudaban en sus primeros años difíciles.  Los rabinos reconocieron de inmediato esta política como buena y preferible, defendiéndola en todos los casos. 

MATRIMONIO EN TIEMPOS DEL NUEVO TESTAMENTO.

Muy pronto apareció en la Iglesia primitiva la idea de la virginidad como forma primordial para agradar a Cristo.  También los padres de la Iglesia más tarde defenderían estas ideas.  El matrimonio nunca ha sido prohibido explícitamente por los maestros cristianos, pero fue puesto en un segundo lugar en cuanto al nivel de pureza Cristiana.  Lo más alto era la virginidad absoluta.  Después se admiraba el celibato realizado voluntariamente después de la muerte de la esposa o esposo.  El matrimonio se consideraba en tercer lugar como la mejor elección.  “St. Pablo hablaba del matrimonio como algo preferible antes que un estado peor, es decir la impureza sexual.”
                        Todos los primeros padres de la Iglesia tenían una visión del matrimonio mucho más alta que sus predecesores.  Clemente de Alejandría, que murió en el 220 AD dijo que el matrimonio como la sagrada imagen  debe mantenerse puro de todo aquello que lo ensucia.  Del mismo modo Ignacio en su carta a Policarpo, y Athanagoras rogaba a los cristianos que mantuvieran la pureza del estado matrimonial.  Jerónimo quien predico a mediados del siglo 4 de la hermosura de la vida monástica, mostró abiertamente su antipatía al estado matrimonial.   Basaba su fuerte opinión en las palabras del apóstol Pablo que “es mejor casarse que quemarse.”  Solía decir, “Es bueno casarse simplemente porque es malo quemarse-“De la misma manera Ambrosio y Agustín manifestaron su alto admiración por el celibato.  Bajo tan gran influencia la admiración del celibato se volvió más intensa y el matrimonio se vio más y más desprestigiado.

Cristo enseñó fuertemente en cuanto al matrimonio mostrando la importancia de los lazos matrimoniales, rechazando el adulterio o cualquier otro tipo de relación sexual fuera del matrimonio (Mateo 5:27). Sin duda alguna el continuo énfasis que se le hace al creyente en cuanto a la pureza dentro del matrimonio y la fidelidad hacia la persona que Dios ha dado, demuestra la flexibilidad y libertinaje de aquellos tiempos (Hechos 15:29, I Corintios 5:11, Gal. 5:16-21).

EL MATRIMONIO EN TIEMPOS POST-BIBLICOS.

Las costumbres institucionales judías respecto al matrimonio fueron cambiando a lo largo de los siglos siguiendo el periodo Bíblico.  La bendición sacerdotal del matrimonio no se menciona ni en el Talmud ni en la Biblia.  El Talmud recomendaba que debiera establecerse una “congregación” para la correcta realización de una ceremonia nupcial.  La presencia de diez varones adultos se veía como algo preferente.  Durante la edad media muchas comunidades judías convirtieron esta costumbre en ley.  Durante el siglo X, las bodas se celebraban delante de una congregación en casa de la novia, o en la sinagoga. 
                        En el siglo XIV la huppah (o cohabitase) se había convertido en un mero emblema religioso.  En vez de una habitación real se cambió por una habitación simbólica, o canapé, o incluso un velo (tallit) que se ponía sobre la cabeza del novio y la novia en el momento de la boda.  En el siglo X se produjo un aumento del uso de himnos en las ceremonias.   En este tiempo los judíos eran mucho más tolerables a la hora de aceptar matrimonios mixtos.  Sin embargo miraban con malos ojos a los matrimonios realizados con recién llegados, ya que en parte tenían miedo de no conocer de qué tipo de familia provenían y también por las persecuciones que los judíos habían recibido allí donde iban a vivir.  Por otra parte había un gran orgullo de ser “judío”. 
                        El tiempo ha refinado algunos de los aspectos más toscos de las ceremonias nupciales.  La procesión nupcial desde la casa de la novia a la casa del novio, cambió durante la edad media, haciendo que toda la gente fuera a la sinagoga en vez de asistir a la casa de la novia. 
            Las Odas de bodas fueron características   de las bodas judías de la Edad Media.  Se trataba de canciones donde la picaresca y la alegría salpicaban desde el principio de la canción hasta el final.  Las fiestas duraban siete días, y estaban plagadas de representaciones, poemas, etc., que no se interrumpían hasta la llegada del sábado.  Hacían banquetes costosos donde por supuesto se esperaba algunas palabras de parte del Rabino. 

ALGUNAS COSTUMBRES CULTURALES.

Bandos Matrimoniales.

En el antiguo Israel era una costumbre establecida casarse dentro de los límites  del propio clan.  (Gen.24:4, 28:2, 29:19, Jueces 14:3).  Mucho antes que se rompieran las costumbres triviales dentro de Israel el matrimonio en los límites de la familia era considerado como el más ideal. 
            El matrimonio entre primos era algo común en Israel durante los tiempos Bíblicos y continua hoy en día como una preferencia dentro del mundo árabe. 
            Casos de matrimonios dentro de la misma sangre se encuentran mencionados en la Biblia.  Abraham se casó con su medio hermana Sarah (Gen. 20:12).  Ammón se unió también a su hermana Tamar (2 Samuel 13:20). Por supuesto esta unión es cuestionable como matrimonio, pero la realidad es que uniones de este tipo se siguieron produciendo en Judá aun en días de Ezequiel pues él predicó en contra de las mismas llamándolas abominación.  En pasajes como Levítico 18:6-18 y 20:17-21 se prohibían estos tipos de unión.  En la Ley de Moisés se prohibían matrimonios entre padres e hijos, sobrinos y tíos, o hermanos (Lev. 18:9; Deut. 27:22).
                        Matrimonio con familiares de matrimonios anteriores también estaba prohibido (Lev. 18:8, 14-17. 20:12, 14, 21; Deut.- 27:23).

Muchas de estas costumbres han perdurado hasta nuestros días en la cultura judía. También la iglesia ha sido influenciada por algunas costumbres culturales, no bíblicas. El Catolicismo ha convertido el matrimonio en un sacramento      produciendo una visión del mismo totalmente fuera de las enseñanzas de las Escrituras, condenando incluso las relaciones sexuales dentro del matrimonio si estas no tienen un propósito de procreación.

Los cambios dentro de la cultura postmodernista han enfatizado un nuevo concepto de familia y matrimonio donde los valores tradicionales judeo-cristianos están siendo reemplazados por una nueva definición de la familia y el matrimonio. La “familia moderna” como se le suele llamar puede estar constituida ya no por un hombre y una mujer, sino por hombres, mujeres en relaciones de un solo sexo, o incluso tríos que concuerdan pactar su relación. Esta nueva definición de la familia no debe hacernos perder como creyentes lo que la biblia enseña y obedecer los preceptos divinos.


Por otro lado la abundancia de divorcios dentro de las iglesias, o de familias disfuncionales con varias relaciones matrimoniales, hijos adoptivos de diferente progenitores, etc., etc., supone un reto para la iglesia local que debe continuar enseñando los principios bíblicos a la vez que suple las necesidades espirituales y emocionales de estas familias. Más y más se discute sobre el divorcio en la Biblia, lo que está permitido o lo que no cuando en mi opinión deberíamos enfatizar más que dice la Biblia sobre la familia e intentar entender lo que esta enseña sobre el matrimonio. Será entonces cuando entenderemos lo que el divorcio significa y cuáles son sus parámetros bíblicos. Pero esto ya será tema para un segundo artículo. 

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