Los sociólogos de hoy en día reconocen que existe
una diferencia entre el matrimonio como un acto, evento, o incluso un proceso,
y la familia como un estamento social
base de nuestra cultura. El
matrimonio es la unión legal entre un hombre y una mujer y la ceremonia que se
realice para iniciar dicha relación como esposa y esposo. La familia es la institución social
desarrollada alrededor de la relación existente entre una madre y sus hijos
creando el clima necesario en el cual la naturaleza humana puede ser
desarrollada. El matrimonio y la familia
por lo tanto constituyen dos sistemas diferentes aunque los dos se encuentran
unidos por un mismo nexo. Esto es
especialmente verdad en las zonas del mundo desarrollado donde el matrimonio
puede permanecer sin hijos por algunos años, o incluso no tener, y por
definición anteriormente expuesta, estos matrimonios no se convierten en
familias propiamente dichas. La familia
es un sistema mucho más complicado y comprometedor que el matrimonio. Liga a los padres con los Hijos. Los hijos son colocados bajo el cuidado y
responsabilidad de los padres. A veces incluso el círculo familia incluye abuelos
u otros familiares necesitados de cuidados.
Mirando
atrás en el desarrollo histórico del matrimonio mi propósito en la presente
exposición es centrarnos en las características identificadas con el matrimonio
dentro de los márgenes Bíblicos a lo largo de los diferentes periódicos históricos.
La vida familiar Palestina en los Tiempos Pre-Semíticos
Elementos
semíticos y Palestinos fueron introducidos en la cultura Hebrea debido a la
influencia Aramea, Amorita, y de un gran número de razas asiáticas que componían
las zonas de Elam y Babilonia de donde descendieron los Hititas y los
Hurrianos.
No
existen evidencias de mucho peso que demuestren la existencia de matrimonios
poliandricos dentro de los primeros hebreos.
Sin embargo sí que existen evidencias de costumbres matriarcales, aunque
debemos considerar dichas evidencias faltas de peso y más bien débiles.
Arabia
era la cuna de la tierra de Sem. Fue
allí donde los investigadores han encontrado que la existencia de matrimonios
ogomanos fueron conocidos desde tiempos ancestrales, y por lo tanto debemos
concluir que también bien conocidos para los primeros Semitas. Es interesante hacer notar tres tipos
diferentes o desviaciones de este tipo de matrimonio tradicional.
1.
Poliandria: un
sistema familiar constituido por una pluralidad de maridos.
- Matrimonio
Beena:
Donde el marido va a vivir en el mismo poblado que su esposa y los hijos
nacidos se consideran miembros de la tribu. El matrimonio de Jaco con Lea y con
Raquel fue de este tipo (Gen. 29:28).
- Matrimonio
de tipo Mota: se diferencia del matrimonio tipo Beena simplemente porque la
duración de esta condición es mucho menor.
Aunque algunos sociólogos han intentado demostrar
mediante las teorías de la evolución que al
principio los núcleos familiares o triviales no estaban compuestos por
matrimonios monógamos, las investigaciones de algunos eruditos han sacado a la
luz que todo lo contrario, la unidad familiar era la base de la sociedad dentro
de las culturas más primitivas.
B. El Matrimonio dentro de los Tiempos
Bíblicos.
Las fuentes más fructíferas para que podamos
comprender la naturaleza de la familia y de sus ligamentos se encuentran en el
Antiguo Testamento especialmente en el pentateuco y en el Libro de Ruth.
La
historia de la creación de las dos primeras personas nos revela un matrimonio
de tipo monógamo como la expresión de la específica voluntad de Dios. La Poligamia apareció primeramente en la
rebelde descendencia de Caín, cuando Lamech tomó dos esposas.
1.
El matrimonio en los tiempos
pre-exilicos.
La Biblia nos presenta evidencias de un cierto tipo de evolución de las
relaciones matrimoniales sin darnos exclusivamente todos los detalles.
En el periodo de los patriarcas, por ejemplo encontramos
que Abraham se casó con su medio-hermana.
Más tarde las leyes dadas por Moisés prohibirían dicha relación. En los tiempos patriarcales se recogen otros
ejemplos como el caso de Jacob, donde el mismo hombre se casó con dos
hermanas. De nuevo, la misma Ley de
moisés prohibiría esto años más tarde.
Muchas de las instituciones que se desarrollaron durante el tiempo de
los patriarcas desaparecieron más tarde.
La creación de nuevas relaciones matrimoniales en los
primeros tiempos del Antiguo Testamento
debe de ser entendida comparándolas con el contexto histórico de las relaciones
y papeles diversos dados a cada miembro de la familia. Las relaciones entre hermanos por ejemplo
eran de vital importancia. Un hermano en
este tiempo era tan importante como toda la familia, o incluso como todos los
miembros de una tribu. Cada hermano
estaba obligado a ofrecer protección y ayuda a todos los demás hermanos cuando
la situación así lo requería. El “Goel”,
que significa protector o “redentor” era un pariente cercano obligado a librar
a su hermano de la esclavitud, obligado
a comprar el patrimonio familiar que había sido vendido por necesidad, obligado
a enterrar a su hermano o hermana muertos, obligado a cumplir todas estas leyes
incluida la que pedía vengar la sangre de su hermano asesinado.
Bajo los jueces y la monarquía, Israel cambió
aumentando la práctica de la poligamia. La Bigamia fue reconocida como un
asunto legal (Deut. 21:15-17). Pero
aparece claro que la forma más común de matrimonio en Israel era la monogamia. No encontramos ningún caso de poligamia en los
libros de Reyes y Samuel. Los salmos o libros poéticos no mencionan tampoco casos
de poligamia. El libro apócrifo de Tobías,
que narra una historia familiar, tampoco menciona ningún caso de
poligamia. La imagen de un matrimonio monógamo
era en la mente de los profetas la representación de Israel como la esposa
escogida. El mismo Ezequiel presentó
esto en forma de alegoría. (Ez. 16)
El matrimonio en Tiempos Postexilicos.
Durante el
tiempo post exilicos la familia pasó por varios cambios pero permaneció
orientada primordialmente a la cultura oriental y patriarcal en su
carácter. La práctica más generalizada
era el matrimonio monógamo. El padre tenía la responsabilidad de educar a sus
hijos y de entrenarlos de algún modo práctico y útil. Las tradiciones Hebreas
ayudaron a preservar algunos reglamentos y convicciones de carácter moral y
pureza sexual mucho más altos que los estándares de algunas culturas del medio
oriente.
Los Babilónicos por ejemplo mantenían monogamia, pero los
asirios eran polígamos.
No existe una información directa sobre el periodo del
segundo templo. Parece que seguían
teniendo relaciones monógamas pero hubo algunas excepciones. Las parejas, la naturaleza y cantidad de la
dote, y otras decisiones eran tomadas por los padres.
Algunos documentos antiguos como el papiro
Elephantine demuestran que la dote o mohar era considerado pertenencia
de la mujer, aunque normalmente era dado al padre. En el periodo del segundo templo el mohar
fue remplazado por la suma registrada en el Kethubah
(o matrimonio bajo contrato). Para una
novia virgen la suma sugerida era unos 50 shekels de plata y para una novia que
fuera viuda o divorciada, el total era reducido a la mitad.
Según la ley del Kiddushin
esto quería decir que la novia podía ser comprada (desposada) tanto por dinero
como por un pequeño contrato o por cohabitación. El desposorio por contrato fue suspendido
durante la edad media. En el caso de
boda celebrada por cohabitación, el hombre y la mujer entraban en una
habitación privada, habiendo hecho una declaración previa delante de testigos
de su deseo de vivir juntos. Al final y
siguiendo el periodo del segundo templo, se acostumbraba que la boda de una virgen
se celebrara en miércoles. Esto era debido
a que si el esposo no encontrase la señal de la virginidad de la muchacha
entonces podría presentar el caso a los tribunales el jueves. Las viudas y divorciadas celebraban su
matrimonio en jueves para que así pudieran disfrutar con su esposo dos días ininterrumpidos
antes del sábado.
El concepto judío predominante es que el matrimonio era
el estado ideal para el hombre.
Matrimonio Durante el periodo Talmúdico.
La fuerza del pueblo
de Israel era reflejada por los fuertes lazos del matrimonio. Toda la vida de los judíos, incluida su vida íntima
sexual estaba supeditada y controlada por la vida religiosa. Los factores sociales, incluida la
acumulación de masas judías dentro de la clase social media contribuían a la
creación de un auto-control sexual. En
este apartado del comportamiento sexual los Rabíes escogieron la auto
moderación. Lucharon en contra de
cualquier desenfreno con bastantes buenos resultados. No consideraban, de la misma forma que lo
haría Pablo, que el apetito sexual fuera malo en sí mismo, pero debía estar
vinculado a los lazos del matrimonio.
Los legisladores del Talmud no elevaron el matrimonio a
un nivel de sacramento, pero tampoco lo consideraban un mero contrato de la ley
civil. El acto que establecía la comunión
entre el marido y la esposa recibió el nombre de kiddushin, o “santificación” sin implicar el carácter indeleble del
sacramento. En general la vida
matrimonial era algo visto como sagrado y bajo el orden directo y control de la
providencia.
Los escritores del Talmud estaban determinados
a promover el matrimonio. Fue
especialmente vital para el judaísmo poder construir la fortaleza de la unidad
familia como un buen fundamento de su
vida étnica. Los judíos tuvieron el deseo de poder relajarse en algunos
principios y costumbres antiguas tal como reducir la adquisición de una esposa
como “un mero consentimiento mutuo”, para así poder facilitar la realización
del matrimonio. Los rabinos del tercer siglo sin embargo, establecieron este
matrimonio como ilegal, castigando a los transgresores mediante fagelamiento público.
La ley Rabinica trataba a los niños ilegítimos
casi al igual que los niños legítimos.
Podían disfrutar de todos los privilegios de la heredad de sus
padres. Josefo de una forma muy correcta
resumió este punto de vista establecido por los rabies diciendo que la ley reconocía
ninguna otra relación sexual que no fuera la unión natural del esposo y la
esposa, y con el propósito de la procreación.
Para evitar cualquier tipo de tentación re recomendaba el matrimonio a
una temprana edad. El mohar tradicional suponía verdaderas
limitaciones para muchos judíos interesados en el matrimonio especialmente después
de la revuelta de Bar Kochab y después de que se convirtieron en una cultura
más urbanizada. La provisión de las
necesidades de una novia con pocos recursos se convirtió en una prioridad de la
comunidad. Otros tuvieron que escoger
entre el matrimonio y los estudios escolásticos. Los rabies creyeron que era necesario llegar
a un punto de compromiso en este aspecto y decidieron relajar un poco los
requerimientos legales. “Si un alma
tiene gran deseo de aprender entonces puede retrasar la asunción de relaciones
maritales más allá de la edad establecida de los 18.” Esto se escribió en un
periodo donde debían pagarse impuestos altos y era difícil para los estudiantes
poderse casar y estudiar a la misma vez.
Algunos permanecían solteros hasta la edad de 30 e incluso 40. Para poder animar tanto el matrimonio como
los estudios, algunos hombres ricos se dedicaban a seleccionar a jóvenes
prometedores para casarlos con sus hijas. Entonces les ayudaban en sus primeros
años difíciles. Los rabinos reconocieron
de inmediato esta política como buena y preferible, defendiéndola en todos los
casos.
MATRIMONIO EN TIEMPOS DEL NUEVO TESTAMENTO.
Muy pronto apareció en la Iglesia primitiva la idea
de la virginidad como forma primordial para agradar a Cristo. También los padres de la Iglesia más tarde
defenderían estas ideas. El matrimonio
nunca ha sido prohibido explícitamente por los maestros cristianos, pero fue
puesto en un segundo lugar en cuanto al nivel de pureza Cristiana. Lo más alto era la virginidad absoluta. Después se admiraba el celibato realizado
voluntariamente después de la muerte de la esposa o esposo. El matrimonio se consideraba en tercer lugar
como la mejor elección. “St. Pablo
hablaba del matrimonio como algo preferible antes que un estado peor, es decir
la impureza sexual.”
Todos los primeros padres de la Iglesia
tenían una visión del matrimonio mucho más alta que sus predecesores. Clemente de Alejandría, que murió en el 220
AD dijo que el matrimonio como la sagrada imagen debe mantenerse puro de todo aquello que lo
ensucia. Del mismo modo Ignacio en su
carta a Policarpo, y Athanagoras rogaba a los cristianos que mantuvieran la
pureza del estado matrimonial. Jerónimo
quien predico a mediados del siglo 4 de la hermosura de la vida monástica,
mostró abiertamente su antipatía al estado matrimonial. Basaba su fuerte opinión en las palabras del
apóstol Pablo que “es mejor casarse que quemarse.” Solía decir, “Es bueno casarse simplemente
porque es malo quemarse-“De la misma manera Ambrosio y Agustín manifestaron su
alto admiración por el celibato. Bajo
tan gran influencia la admiración del celibato se volvió más intensa y el
matrimonio se vio más y más desprestigiado.
Cristo enseñó fuertemente en
cuanto al matrimonio mostrando la importancia de los lazos matrimoniales,
rechazando el adulterio o cualquier otro tipo de relación sexual fuera del
matrimonio (Mateo 5:27). Sin duda alguna el continuo énfasis que se le hace al
creyente en cuanto a la pureza dentro del matrimonio y la fidelidad hacia la
persona que Dios ha dado, demuestra la flexibilidad y libertinaje de aquellos
tiempos (Hechos 15:29, I Corintios 5:11, Gal. 5:16-21).
EL MATRIMONIO EN TIEMPOS POST-BIBLICOS.
Las costumbres institucionales judías respecto al
matrimonio fueron cambiando a lo largo de los siglos siguiendo el periodo
Bíblico. La bendición sacerdotal del
matrimonio no se menciona ni en el Talmud ni en la Biblia. El Talmud recomendaba que debiera
establecerse una “congregación” para la correcta realización de una ceremonia
nupcial. La presencia de diez varones
adultos se veía como algo preferente.
Durante la edad media muchas comunidades judías convirtieron esta
costumbre en ley. Durante el siglo X,
las bodas se celebraban delante de una congregación en casa de la novia, o en
la sinagoga.
En el siglo XIV la huppah (o cohabitase) se había convertido en un mero emblema
religioso. En vez de una habitación real
se cambió por una habitación simbólica, o canapé, o incluso un velo (tallit)
que se ponía sobre la cabeza del novio y la novia en el momento de la
boda. En el siglo X se produjo un
aumento del uso de himnos en las ceremonias.
En este tiempo los judíos eran mucho más tolerables a la hora de aceptar
matrimonios mixtos. Sin embargo miraban
con malos ojos a los matrimonios realizados con recién llegados, ya que en
parte tenían miedo de no conocer de qué tipo de familia provenían y también por
las persecuciones que los judíos habían recibido allí donde iban a vivir. Por otra parte había un gran orgullo de ser “judío”.
El tiempo ha refinado algunos de los aspectos
más toscos de las ceremonias nupciales.
La procesión nupcial desde la casa de la novia a la casa del novio,
cambió durante la edad media, haciendo que toda la gente fuera a la sinagoga en
vez de asistir a la casa de la novia.
Las Odas de bodas fueron características de las bodas judías de la Edad Media. Se trataba de canciones donde la picaresca y
la alegría salpicaban desde el principio de la canción hasta el final. Las fiestas duraban siete días, y estaban
plagadas de representaciones, poemas, etc., que no se interrumpían hasta la
llegada del sábado. Hacían banquetes
costosos donde por supuesto se esperaba algunas palabras de parte del
Rabino.
ALGUNAS COSTUMBRES CULTURALES.
Bandos Matrimoniales.
En el antiguo Israel era una
costumbre establecida casarse dentro de los límites del propio clan. (Gen.24:4, 28:2, 29:19, Jueces 14:3). Mucho antes que se rompieran las costumbres triviales
dentro de Israel el matrimonio en los límites de la familia era considerado
como el más ideal.
El matrimonio entre primos era algo común en Israel durante
los tiempos Bíblicos y continua hoy en día como una preferencia dentro del
mundo árabe.
Casos de matrimonios dentro de la misma sangre se
encuentran mencionados en la Biblia. Abraham
se casó con su medio hermana Sarah (Gen. 20:12). Ammón se unió también a su hermana Tamar (2
Samuel 13:20). Por supuesto esta unión es cuestionable como matrimonio, pero la
realidad es que uniones de este tipo se siguieron produciendo en Judá aun en días
de Ezequiel pues él predicó en contra de las mismas llamándolas
abominación. En pasajes como Levítico
18:6-18 y 20:17-21 se prohibían estos tipos de unión. En la Ley de Moisés se prohibían matrimonios
entre padres e hijos, sobrinos y tíos, o hermanos (Lev. 18:9; Deut. 27:22).
Matrimonio con familiares de matrimonios
anteriores también estaba prohibido (Lev. 18:8, 14-17. 20:12, 14, 21; Deut.-
27:23).
Muchas de estas costumbres
han perdurado hasta nuestros días en la cultura judía. También la iglesia ha
sido influenciada por algunas costumbres culturales, no bíblicas. El
Catolicismo ha convertido el matrimonio en un sacramento produciendo una visión del mismo
totalmente fuera de las enseñanzas de las Escrituras, condenando incluso las
relaciones sexuales dentro del matrimonio si estas no tienen un propósito de
procreación.
Los cambios dentro de la
cultura postmodernista han enfatizado un nuevo concepto de familia y matrimonio
donde los valores tradicionales judeo-cristianos están siendo reemplazados por
una nueva definición de la familia y el matrimonio. La “familia moderna” como
se le suele llamar puede estar constituida ya no por un hombre y una mujer,
sino por hombres, mujeres en relaciones de un solo sexo, o incluso tríos que concuerdan
pactar su relación. Esta nueva definición de la familia no debe hacernos perder
como creyentes lo que la biblia enseña y obedecer los preceptos divinos.
Por otro lado la abundancia
de divorcios dentro de las iglesias, o de familias disfuncionales con varias
relaciones matrimoniales, hijos adoptivos de diferente progenitores, etc., etc.,
supone un reto para la iglesia local que debe continuar enseñando los
principios bíblicos a la vez que suple las necesidades espirituales y
emocionales de estas familias. Más y más se discute sobre el divorcio en la
Biblia, lo que está permitido o lo que no cuando en mi opinión deberíamos
enfatizar más que dice la Biblia sobre la familia e intentar entender lo que
esta enseña sobre el matrimonio. Será entonces cuando entenderemos lo que el
divorcio significa y cuáles son sus parámetros bíblicos. Pero esto ya será tema
para un segundo artículo.
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